lunes, 12 de octubre de 2009

Curioso artículo de E. Mendoza

Si estudiamos detenidamente el caso de este ser al que ancestralmente se ha definido como "el monstruo de ramas" encontramos varias incongruencias al respecto:

-En primer lugar, el nombre que se le ha dado es una mala traducción de las palabras mayas: k’aak’as ba’al héek’, que no tendrían una traducción literal en castellano, salvo si separásemos los dos términos.
De esta forma obtendríamos las palabras castellanas "monstruo" y "ramas".
Esto, nos lleva automáticamente a relacionar los términos para una mayor simplificación que nos garantizará recordarlo más fácilmente.
Pero ¿no es más lógico pensar, que si los mayas utilizaban dos palabras sin nexos, es porque se referían a dos cosas distintas? ¿al monstruo y a las ramas por separado? Es decir que lo que describían era casi con total seguridad algún tipo de bestia totalmente terrenal que acechaba detrás de unos matorrales, probablemente algún tipo de felino.
-Por otro lado, se ha hablado de este ser en diferentes épocas a lo largo de la historia, desde casi el paleolítico hasta nuestros días. ¿No es acaso algo improbable que exista un ser de tanta longevidad?
-Para acabar, aunque podría extenderme mucho más, diré que tampoco está nada claro el origen del “monstruo” en cuestión, todos lo han visto, vaya, pero nadie sabe de donde salió…
Como conclusión diré, que, bajo mi punto de vista, nos encontramos ante otro caso como el del célebre chupacabras o el perro negro: casos en los que finalmente se descubrió que no eran más que excusas para encubrir una verdad, en el caso del chupacabras, una estafa de unos ganaderos a una compañía aseguradora. En este caso, lo que ocurre es lo que antes se comentaba: y es que, debido al desconocimiento de tanto en este mundo, nuestra mente nos juega una mala pasada, y en lugar de ver un animal tras los arbustos, vemos al “monstruo de ramas”.

E. Mendoza
Revista de sociología

2 comentarios:

  1. Estimado señor Mendoza,
    No hable de lo que no sabe, pues quizás algún día encuentre a la bestia y la confunda con un gato tras un hierbajo y entonces háblele usted de sociología...

    ResponderEliminar
  2. Cuanta pedantería, maredeuseñó!!

    Un tal profesor Hubbard del M.I.T. demostró que los mayas preclásicos no empleaban nexos ni conjunciones entre sustantivos.

    No hablemos sin saber...

    ResponderEliminar